El Caso Moro, de Leonardo Sciascia

Posted by Lluís Salvador | Posted in , , | Posted on lunes, febrero 21, 2011

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-La más monstruosa de las frases: alguien ha muerto «en el momento justo».
Elias Canetti, La Provincia del Hombre

-He declarado que se trata de una novela policial ... Al cabo de siete años, me es imposible recuperar los pormenores de la acción; he aquí su plan, tal como ahora lo empobrece (tal como ahora lo purifica) mi olvido. Hay un indescifrable asesinato en las páginas iniciales, una lenta discusión en las inermedias, una solución en las últimas. Ya aclarado el enigma, hay un párrafo largo y retrospectivo que contiene esta frase: «Todos creyeron que el encuentro de los dos jugadores de ajedrez había sido casual». Esa frase deja entender que la solución es errónea. El lector, inquieto, revisa los capítulos pertinentes y descubre otra solución, que es la verdadera.
Jorge Luis Borges, Ficciones

Reseña en lecturas errantes

No Acosen al Asesino, de José María Guelbenzu

Posted by Lluís Salvador | Posted in , , | Posted on viernes, febrero 18, 2011

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-El crimen debe ser solitario y sin cómplices.
Oscar Wilde

-La desgracia mata con gesto certero.
Rustaveli

Reseña en lecturas errantes

There's a Long, Long Trail A-Winding, de Russell Kirk

Posted by Lluís Salvador | Posted in , | Posted on miércoles, febrero 16, 2011

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-Dijo a sus discípulos: Es inevitable que haya escándalos; sin embargo, ¡ay de aquel por quien vengan! Mejor le fuera que le atasen al cuello una rueda de molino y le arrojasen al mar antes que escandalizar a uno de estos pequeños.
Lucas, 17, 1-2

Reseña en lecturas errantes

Leviatán o la Ballena, de Philip Hoare (II)

Posted by Lluís Salvador | Posted in , , , , | Posted on viernes, febrero 11, 2011

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En IX Del correcto uso de las ballenas:
-Me aseguran que en Hull, en Inglaterra, existe un museo del leviatán, donde tienen algunos ejemplares magníficos de ballenas de aleta dorsal y otras especies. [...] Por otra parte, en un pueblo del condado de York, en Inglaterra, llamado Burton Constable, un tal sir Clifford Constable tiene en su posesión el esqueleto de un cachalote [...] completamente articulado, de modo que se pueden abrir y cerrar, como si fuera una gran cómoda con cajones, todas sis cavidades óseas, desplegar sus costillas como un abanico y columpiarse un día entero en su mandíbula inferior.
Herman Melville, Moby Dick

En X La blancura de la ballena:
-Es una atmósfera mortecina y desolada, con un océano lúgubre y salvaje, que rompe en la base de la barrera, con olas entre heladas y espumosas, donde navegan flotas de icebergs. [...] Los osos polares de blanco pelaje aúllan al alejarse de sus cachorros, y las islas rechinan al aplastar los cráneos de las focas curiosas.
Herman Melville, Mardi

En XI La ballena melancólica:
-Un décimo de las rentas ordinarias del rey [...] es el derecho de los peces reales, que son la ballena y el esturión, los cuales, cuando son arrojados a tierra o apresados cerca de la costa, pertenecen al rey.
Herman Melville, Moby Dick

En XII Guerra fría contra las ballenas:
-Te has convertido en uno de nosotros,
mortal e hijo del infortunio.
Stanley Kunitz, The Wellfleet Whale

En XIII La guardia de las ballenas:
-¿Existe mayor milagro que mirarnos a los ojos?
Henry David Thoreau, Walden

En XIV Los confines de la Tierra:
-Sus habitantes son sobre todo descendientes de portugueses, indolentes y sin propósito. Los principales productos que exportan son vino y brandy, naranjas, maíz, judías, piñas y ganado. El clima es recomendable para la convalecencia de los pacientes de fiebres.
Enciclopedia Británica, 1933, artículo sobre las Azores.

En XV La caza:
-Sólo yo me escapé para contarlo.
Job

Reseña en lecturas errantes

Les Històries Naturals, de Joan Perucho

Posted by Lluís Salvador | Posted in , , | Posted on miércoles, febrero 09, 2011

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-Al contemplar este fenómeno, yo confieso que no me tengo en menos que el más pintado, pero juro a tal que antes de trabarla con tal ente, haría bien mis mementos.
Bartolomé José Gallardo, Apología de los Palos

-Pero ahora, con la declaración de la mayoría de nuestra excelsa Reina Doña Isabel II, empieza una nueva era que entrega todo lo pasado al dominio de la Historia.
Memorias Documentadas, del Teniente General Don Manuel Llauder, marqués del Valle de Ribas

-Me reencontré un día, dijo M. Decremps, en un café de Londres, con un bajo bretón, llamado Kuffel, que había conocido anteriormente en el colegio. Tras los primeros saludos de costumbre, le pregunté en qué se entretenía en ese país; me respondió que pasaba casi todo su tiempo en la Academia. Le felicito de todo corazón, le dije entonces, ya quisiera yo tener la misma felicidad que usted.
Encyclopédie Méthodique

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Leviatán o la Ballena, de Philip Hoare

Posted by Lluís Salvador | Posted in , , , , | Posted on lunes, febrero 07, 2011

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-Allí Leviatán, la mayor de las criaturas, en las profundidades como un extenso promontorio duerme o nada, y parece una isla en movimiento; y por sus agallas regoge, y al respirar expulsa, todo un océano.
John Milton, El Paraíso Perdido, citado en la portadilla de la primera edición inglesa de Moby Dick.

En Prólogo:
-Me habías arrojado en lo más hondo,
en el corazón del mar,
una corriente me cercaba:
todas tus olas y tus crestas pasaban sobre mí.
Jonás, 2:4

En I Profundidades:
-El principal de estos motivos era la abrumadora idea de la propia gran ballena. Un monstruo tan portentoso y enigmático despertaba mi curiosidad.
Herman Melville, Moby Dick

En II El Pasaje:
-Aquí está pues la ciudad insular de los manhattoes, rodeada de muelles como las islas indígenas lo están de arrecifes de coral. El comercio la ciñe con su oleaje. A derecha y a izquierda las calles llevan al mar. En la punta extrema de la ciudad está el fuerte, augusta mole bañada por unas olas y refrescada por una brisa que hace sólo unas pocas horas no habían llegado a avistar tierra. Mirad la multitud que se congrega allí para contemplar el mar.
Pasead por la ciudad la soñolienta tarde de un sábado [...] ¿Qué veis? Apostados como centinelas silenciosos a lo largo de toda la ciudad hay miles y miles de hombres mortales absortos soñando con el océano [...] Nada les hace felices excepto el límite más extremo de la tierra firme [...] Decidme, ¿acaso les atrae hacia allí el poder magnético de las agujas de las brújulas de todos esos barcos?
Herman Melville, Moby Dick

En III El cachalote:
-No lo conozco, y jamás lo conoceré.
Herman Melville, Moby Dick

En IV Una promulgación asquerosa:
-¿Quién no es esclavo? Decídmelo.
Herman Melville, Moby Dick

En V Una tierra lejana:
-¡Nantucket! Sacad la carta y miradla. Ved el punto exacto que ocupa en el mundo, lejos de la costa, más solitaria que el faro de Eddystone. Miradla: una simple colina y un brazo de tierra; toda playa sin trasfondo alguno. [...] No hay que asombrarse, pues, de que los habitantes de Nantucket, nacidos en una playa, busquen su sustento en el mar.
Herman Melville, Moby Dick

En VI Órdenes selladas:
-William Bartley. ¿Cómo se le ocurrió desertar? Bueno, señor, a decir verdad, me dan miedo las ballenas...
Interrogatorio a los desertores del barco ballenero Houqua, 1835

En VII El divino imán:
-Para escribir un gran libro, debes elegir un gran tema.
Herman Melville, Moby Dick

En VIII Muy parecido a una ballena:
-¿Es posible afirmar que aquel que sólo conoce el valor del aceite y de las barbas de la ballena ha descubierto el verdadero sentido de la ballena?
Henry David Thoreau, Los Bosques de Maine

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