La Calavera, de Paul Westheim

Posted by Lluís Salvador | Posted in , , | Posted on lunes, noviembre 01, 2010

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-El hombre nacido de mujer,
corto de días, y harto de sinsabores;
que sale como una flor y es cortado;
y huye como la sombra, y no permanece.
Libro de Job

En Temor a la muerte, angustia de vivir:
-¿Dónde es, corazón mío, el sitio de mi vida?
¿Dónde es mi verdadera casa?
¿Dó mi mansión precisa está?
¡Yo sufro aquí en la tierra!
Cantares Mexicanos, traducción de Ángel María Garibay Kintana

En Tezcatlipoca:
-... una de las deidades más extrañas y enigmáticas, que, como ninguna otra de las creaciones míticas de los mexicanos, parece haber avasallado sus ánimas e influido en su sentir y pensar.
Eduard Seler, Códice Borgia

En La idea de la inmortalidad en el México antiguo:
-... Decían los antiguos que cuando morían, los hombres no perecían, sino que de nuevo comenzaban a vivir, casi despertando de un sueño, y se volvían en espíritus o dioses... Y cuando alguno se moría, de él solían decir que ya era téotl.
Fray Bernardino de Sahagún

Reseña en lecturas errantes

Comments (2)

El afán de nosotros los mexicanos por celebrar tanto a la muerte es porque la vemos tan llena de vida.

Nada más que pasearse por cualquier pueblecito del país, y podrás ver la cantidad de movimiento, comida, panes, veladoras y flores para recordar al difunto.

te leo Lluís, un abrazo fraterno

Hola, Carmen:
No he estado nunca en México, pero el día de los muertos es una festividad que me apasiona, tal vez por el contraste con la solemnidad con la que la tratamos aquí. Y en eso que dices concuerdas totalmente con Westheim (y con los mexicanos precortesianos): la muerte no como trance fatal, sino como paso a "otra cosa", esperanza de vida mejor.
También te leo yo, con el habitual asombro, a veces por los textos, a veces por las fotografías (esas del maíz todavía permanecen en mi retina).
Un abrazo!